Wednesday, November 14, 2007

proyecto lampazo en el mac -procesos



La vida de un lampazo dura aproximadamente tres años, aunque hay algunos que prolongan su existencia varios más; todo depende de su dueño.

Luego de estar varios años en exposición, impecablemente blanco, quieto, inactivo; es arrancado de ese “paraíso ideal” para comenzar a vivir. Al llegar al hogar se lo recibe con su primer baño en un preciado líquido: “el querosén”, que desde la cabeza se va deslizando suavemente hasta empapar todas su fibras. Después de allí, el descanso. Un breve reposo en el patio, al sol para que se seque.

En sus primeros años, su vida transcurre en el interior de la casa. Todas las mañanas es sacado de su lata, para poner “brillo” en ese hogar y desterrar el polvo.

Pero cuando su melena ya ha comenzado a perder sus hilos, cuando su inmaculada blancura no es más que un lejano recuerdo, y su cabeza está cargada de polvo, es desterrado a la calle. Con algunos años en su haber, sale todas las mañanas a limpiar la vereda. Y aunque ha sido separado del interior del hogar, se siente orgulloso, después de todo, el frente de la casa es el reflejo del interior y sabe que, pese a todo, su tarea es importante.

Los años pasan y con cada “lampaceada” su vida se va extinguiendo. Él lo sabe y lo asume. Cuando su melena sea rala, cuando su palo se halla arqueado por el peso de los años, su vida llegará a su fin. Primero lo dejarán arrumbado en un rincón, con los trastos viejos, acumulando más polvo y olvido, hasta que un día, fatal día, lo abandonen a un costado de la calle.

Y después ... después ...quien sabe.


















Historias de lampazos...

“ Recuerdo una mañana que salí a pasar el lampazo y al sacudirlo se me desarmó. Y ahí quedó colgando todo el manojo de piolas de un alambre que lo sujetaba al palo. Mi marido no pudo arreglarlo así que tuvimos que tirarlo, después de todo ya lo había usado bastante. El palo lo guardé porque siempre es posible que uno lo necesite”

Sra. Norma

“Cuando éramos chicos y el piso estaba bien encerado jugábamos a pasearnos en lampazo por la casa. Uno se subía de pie sobre la mata de hilos, y se sujetaba fuertemente del palo, mientras que los otros tiraban. Era divertido, había que saber manejarlo y tomar las curvas muy despacito para no caerse.” Lorena

“Cuando empecé el jardín, no tenía muchas ganas. Mis hermanas mayores protestaban por la escuela y terminaron por influirme. Los primeros días me escondía bajo la cama agarrándome del elástico. Cuando empezaba a hacerse tarde y mi mamá perdía la paciencia, pasaba el lampazo para sacarme de allí.” Cristian

“ Recuerdo que cuando era niña el hermano de mi papá tenía un negocio donde vendía lampazos. En las siestas me dejaban jugar allí, y pasaba las horas inventándoles diferentes peinados y trenzando lampazos. Yo me divertía mucho, el problema lo tenía mi tío cuando tenía que ir a venderlos; debía desarmarle las trenzas y eso le llevaba tiempo” Norma

En una discusión mi hermano se desquitó pateando un lampazo que, en el patio, se secaba luego de ser embebido en querosén. El palo se quebró y como el lampazo estaba casi nuevo lo obligaron a arreglarlo. Un cañito y dos remaches y el lampazo siguió cumpliendo su labor hasta que estuvo tan gastado que debimos tirarlo”




Sobre la fabricación del lampazo...

De acuerdo a los datos que gentilmente nos aportaron varias personas, fabricantes de lampazo y transportistas, podemos resumir:

El lampazo consta de dos partes importantes: el palo y la cabeza.

.El palo: tiene una grosor determinado y una altura estandar de 1, 30 mts., a diferencia del palo para escoba que es de 1, 10 mts. Es de madera dura traída del note, de la zona boscosa de la de Salta, Jujuy y el Chaco. Se utiliza madera de lapacho, quina, palo amarillo, palo blanco o afata. En los tiempos del uno a uno, se traía de Bolivia.

.La cabeza: Esta consta de una serie de hilos afirmados al palo por una fuere atadura de alambre. La calidad de la misma puede variar: puede ser de pabilo (piolín), o de hilo( antes se hacía de hilo fino y grueso, y ahora sólo de grueso)y los hay en blanco o azul.

También puede variar la cantidad de hilo variando su tamaño y peso. Los hay de 300g., 400g. y 600g.








Pero...¿Cuándo apareció el lampazo en Mendoza?

Según Orlando Bernabei, propietario de la “Casa Bernabei”, donde se fabrican y venden escobas y lampazos, este singular compañero de las mañanitas mendocinas ( el lampazo) apareció entre 1954 y 1955, creación del señor Eugenio Orelo, amigo de su padre.

De acuerdo al relato, el Señor Eugenio Orelo, era bailarín clásico y, cuando le tocó la marina, su barco fue a E.E.U.U.

Allí vio que limpiaban la cubierta de los barcos con un trapo atado a un palo. De regreso a Mendoza, fabricó un balde con escurridor y el lampazo tal como lo conocemos: con un palo de madera del cual se desprenden hilos. Su intención era la de reemplazar el uso del trapo de piso. A quién se le ocurrió pasarlo seco por la vereda, embebido en querosén y sacarle brillo, no se sabe. Pero esa costumbre prosperó en Mendoza, incentivada por el clima seco que permite esta práctica.

A pesar de que el señor Eugenio Orelo, patentó su invento no pudo hacer valer su derecho, ya que rápidamente se lo comenzó a fabricar de contrabando y pronto lo fabricó todo el mundo.

El 10 de mayo de 1951,su padre abre la fábrica y sólo se hacían plumeros y escobillones. Posteriormente le compró los lampazos al Señor Eugenio Orelo hasta que con los años venció la patente y comenzó a fabricarlos. Orlando Bernabei introdujo nuevos tipos de lampazo adaptándolos a los usos y necesidades de la gente.

- “Lampazo paleta o para coches” ( desde hace 30 años)

- “Lampazo de andén” (que es el grande para amplias superficies)

- “Lampazo para micro” (con cabo largo por la altura), llamado también lampazo de chapa.

- “Lampazo de 800g. sobre platina” (que le permite cargar un mayor peso sin que éste se descabece) Ya que el lampazo común, atado a un cabo con alambre sólo soporta 600g.

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